El clima recrudeció. Rock fuerte en el puti-club. El doctor Güero dio un golpe certero al androide culero.
El rey escorpión de Mictlán estaba
disgustipado. El androide bigotón, el que se asemejaba sospechosamente al llamado "albertítere", imaginó que estábamos unidos y me sentí mejor. Pero aquí está, tan solo en la vida que mejor se va.
La señora androide recordaba épocas donde la inflación no era tanta y podía darse algún lujo, como hacerse follar por un taxi-boy, en el Hotel Savoy.
El ancestral teneebroso elevó su cosmoenergía, ¡y se transformó! Ahora su aspecto muestra todas las trazas de un berraco sicario del ultramundo. Tanto fue así que limpió a Eleonora de un coletazo. Esta Eleonora recién resucitada (tenía células de Lázaro El Hajazzared, quien a los tres días resucitó entre los muertos. Pero esta versión mejorada del doctor Güero revivía a los tres minutos. Pero había que cargarle la batería. Para eso, para cargarle las baterías vía vaginal, anal o bucal, el doctor Güero bebía un licuado de litio y luego tenía relaciones con todos los androides que tenían agujero.
"El que tiene agujero, tiene miedo… o placer", decía el sabio don Hermes. "El diablo es puerco", acotaba.
Pero en otra bati-señal.
Mientras tanto, Calamardo derrotó a Kaa, la hipnotizadora dominante de Candace. El infatigable doctor Güero la retenía sodomizada a fuerza de hipnosis reptiliana, pues planeaba convertirla en un androide delator. Pero en lugar de eso, se la benefició numerosas veces y, durante un descuido, el calamar antropozoomórfico abandonó sus rezongos para fecundar a la fastidiosa hermana de Phineas y Ferb.
Hay una teoría que postula que Phineas murió y su hermana no pudo aceptarlo. Por su insano apego a negar la realidad, su mente colapsó, conduciéndola a la locura. Su madre efectivamente se casó con otro hombre: el resultado de su unión es un niño subnormal que no habla. Candace, nadando en su demencia, delira que Phineas y Ferb traman y vivencian increíbles aventuras. Al avisarle a la madre para salvarlos del peligro, ésta no ve un comino. No más al pinche mamón silente, babeando en el piso, de donde ya nunca se movería.
Interesado, el doctor Güero rapta a Candace. Asume que ella estará mejor preparándole café, limpiando el laboratorio subterráneo y regando las plantitas (el doctor Güero tiene albahacas, mentas, jazmines y aloe véra).
Patricio aprovecha la ocasión que otorga la distracción y también indaga en la sab
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