Por favor lean la siguiente historia que me sucedio:
Estaba viendo Dragon Bol cacota en una pagina de porno yaoi (que mencionaré para su deleite después) llamada httplgtb://dragonball5.com.pañal.moe. Iba por la paja esa en la que ya no queda sémen que eyectar cuando en el capítulo dejaron de tener peleas refulgentes y erecticias. Estaba ya cagado porque era una página de excelente contenido gay, pero no cejé en mi intento por estimularme más aún. Y no tuve mejor idea que insertarme el dedo en el asterisco para desfogarme como es debido. Todo porque el vídeo ya no funcionaba. "No me podés dejar así". "Mirá cómo me ponés". Le hablaba a la pantalla, porque mi autismo es marca cañón, tengo una turbina galopante de insanidad. Pero ¡EPA! la pantalla reaccionó y el video siguió videando. Aunque no tenía nada qué ver con el capitulo anterior “El VIOLADOR CULÉRO DE KOKÚ” sino que fue increíblemente homosexual y de contenido gore gorilón excitante: Kokú estaba teniendo sexo con Vergeta pero de manera más violenta, NO A LA MANERA DE KOKÚ. Kokú no dejaba un sólo momento de violarlo con el pelo de colores cambiantes.
A mí me salía sangre del pitulín, pero estaba re manija y no podía parar de manolearme.
Vergeta tenía una mirada de miedo como diciendo “por favor deja de violarme”, pero Kokú cursed se veía enojado (de manera diabólica). Le estaba propinando terrible VERGUIZA. Kokú retrocede y lo que pasó a continuación FUE IMPACTANTE: Kokú logra arrancarle la verga de manera demasiado realista para como era la serie habitual. Tanto realismo me impresionó y me paralicé. Mi erección se desinfló.
Vergeta quedó desangrándose en el suelo. En el cielo namekuseín flotaban cosas como en Fondo de Bikini. Vergeta, con sus últimas fuerzas, le suplica a Kokú que deje de violarlo. Pero era inútil; Kokú parecía apendejado por el dubstep de mierda que escuchaba. Nadando en su demencia, lanza la verga al suelo junto a Vergeta, y empieza a gritar como marrana atorada. El cabello se le torna de un color blanco sémen, al igual que sus ojos. Gritó más y más fuerte.
Me cagué en los pantalones. Me estimulé tanto el anillo de cuero que lo aflojé sin querer.
Vergeta estaba sorprendido, pero excitado.
Perdí la conciencia unos segundos, y no sé por qué Kokú se empezó a arrancar su propia verga. Terminó de picarse y rascarse los huevos y luego se resbaló con una inoportuna cáscara de plátano que había allí. Se cayó en picada hacia Vergeta, quien intentó escapar per
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