>>7827El doctor Güero
era historia. Pero si era tan inteligente, ¿pos por qué lo mataron? Bueno, él tiene varias técnicas de transmigración de almas. Técnicas
voodoo como Chuki. Incluso puede resumir su alma en un pendrive de un terabit con el Win Rar. O por qué no, incrustarlo en código binario dentro de nano-furros o luciérnagas curiosas que nos mirarán pasar. Y así ejercer poli-doctorados güeros. Pero eso es para un spin-off. Ahora lo que ocurre es que, contra todo pronóstico,
el Rey escorpión besa a Eleonora. No es un beso negro, ni un beso como Judas a Jesucito, nuestro señor. Es un beso inocente, de ternura. Un beso de los de antes.
Nadie lo podía creer, en principio, porque estaban todos muertos y ya no podían creer en nada. Bueno, Candace estaba viva, pero había quedado muy cachonda y adormecida. Lo que no le impedía acicalarse la humectada panocha, rebosante de jugos de licenciosa adolescencia.
A Eleonora se le paró el pirulín que se injertó, recuerden que hay chavas que quieren ser chavos, pero como éste es un cómic, acá salen bien esas cosas.
La cuestión es que le hace el amor de forma lenta, a la manera de Kokún.
Cambio de plano. Flashback. Se ve al doctor Güero mirando simultáneamente muchos monitores de tubo catódico
saiberponc. Muchas simulaciones de muertes. Estudia cómo salvarse, pese a los desalentadores pronósticos. Resuelve incrustar una mitad de su alma digital en una tabla ouija y la otra mitad en el árbol del "Bosque Chocolate", un sitio ideal para los jóvenes que acuden a beber alcohol y a fumar cigarrillos de drogadicción letarguizante que afecta la memoria a corto plazo. Pero además, allí vienen las personas a ejecutar rituales de invocación y para combatir la inflación.
En el futuro, descuidados chamaquitos invocarán al previsor creador de androides en esta espiral de insensatez y violencia sin final.
Esta insana huida hacia delante.